Monday, July 20, 2015

Tras 54 Años Flamea Bandera de Cuba en EE.UU


WASHINGTON, DC (Sergio Alejandro Gómez) - Por primera vez en más de medio siglo se escucharon hoy en esta capital las notas del Himno de Bayamo y se izó la bandera de la estrella solitaria para dejar oficialmente reinaugurada la embajada de Cuba en los Estados Unidos.


Los dos países, distanciados desde el 3 de enero de 1961, cuentan con embajadas plenas en sus respectivas capitales desde este 20 de julio, en cumplimiento de un acuerdo entre los presidentes Barack Obama y Raúl Castro.

Más de medio centenar de personas, franqueados por varias decenas de cadenas de televisión y periodistas acreditados, están presentes en la sede diplomática ubicada en la Calle 16 de Washington para asistir a un evento calificado de histórico.

Ahora esperan escuchar la intervención del ministro cubano de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, quien se convirtió la víspera en el primer canciller de la Isla en efectuar una visita oficial a los Estados Unidos.

Rodríguez Parrilla será recibido por el secretario de Estado, John Kerry, tras el fin de la ceremonia y se espera que ambos efectúen una rueda prensa.

Una treintena de personalidades de la política, la cultura, la juventud, las ciencias, las organizaciones de masa y el deporte de nuestro país viajó a esta capital para unirse al más de medio millar de amigos y personalidades de la política norteamericana que fueron invitados a la ceremonia.

La secretaria asistente para los Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Roberta Jacobson, asiste también al momento en que se materializan más de tres rondas de conversaciones y otros encuentros específicos para pulir los detalles del restablecimiento de relaciones y la apertura de embajadas

La decisión de dar este paso fue anunciada por Obama y Raúl de manera simultánea el pasado 17 de diciembre y el 1 de julio de este año se intercambiaron las cartas que fijaron la fecha oficial para el 20 de julio.

La fecha de la ceremonia de reapertura oficial de la Embajada estadounidense en La Habana será el 14 de agosto. El secretario de Estado John Kerry planea asistir a la cita.


“Este será nuestro último mensaje mandado como Sección de Intereses. Amigos, gracias por ser parte de estos cambios con nosotros. ¡Nos vemos mañana cuando somos embajada!”, fue el mensaje publicado en la noche de ayer en la página oficial de la sede diplomática norteamericana en Facebook.



Entretanto, en Washington, en un acto de profundo simbolismo, además de la reluciente bandera cubana izada en el jardín, en el segundo piso del interior del edificio se expuso la insignia que fue arrida el 3 de enero de 1961 cuando la Casa Blanca cortó sus nexos con La Habana.

El historiador Eusebio Leal contó a la prensa aquí que “fue rescatada por aquel al que le tocó bajarla, un anciano hoy, Héctor García Soto, bisnieto del Mayor General Vicente García y de Brígida Zaldívar, su espora”.

“Habría sido bonito, trascendental que aquella bandera que el 3 de enero de 1961 se arrió aquí fuera ahora izada, pero su estado de conservación no lo permite”, añadió el Historiador de La Habana.

García Soto conservó la bandera, y en un viaje a Cuba, la penúltima vez, la llevó para donarla junto a otros objetos al Museo de Las Tunas, en esa tierra que significó tanto para su familia.

Según los líderes de ambos países, a partir de ahora se abre una etapa más larga y compleja en la que Cuba y Estados Unidos buscarán avanzar en la normalización de sus vínculos.

El principal obstáculo en ese camino sigue siendo el bloqueo económico, pero hay otros temas a tratar como la devolución del territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval en Guantánamo, el cese de las transmisiones radiales y televisivas ilegales, la eliminación de los programas dirigidos a promover la subversión y la desestabilización internas, y la compensación al pueblo cubano por los daños humanos y económicos provocados a causa de las políticas de Estados Unidos.

Por la parte estadounidense ha trascendido que el tema de las compensaciones por las nacionalizaciones de propiedades al comienzo de la Revolución es un punto de interés.

Discurso de Bruno Rodriguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores:

La bandera que honramos a la entrada de esta sala es la misma que aquí fue arriada hace 54 años, conservada celosamente en la Florida por una familia de libertadores y luego por el Museo de nuestra ciudad oriental de Las Tunas, como anticipación de que este día tendría que llegar.

Ondea nuevamente en este lugar la bandera de la estrella solitaria que encarna la generosa sangre derramada, el sacrificio y la lucha más que centenaria de nuestro pueblo por la independencia nacional y la plena autodeterminación, frente a los más graves desafíos y peligros.

Rendimos homenaje a todos los que cayeron en su defensa y renovamos el compromiso de las generaciones presentes y, con absoluta confianza en las que vendrán, de servirla con honor.

Invocamos la memoria de José Martí, quien vivió consagrado a la lucha por la libertad de Cuba y conoció profundamente los Estados Unidos. En sus “Escenas Norteamericanas”, nos dejó una nítida descripción de la gran nación del norte y el elogio de lo mejor de ella. También, nos legó la advertencia de su desmedida apetencia de dominación que toda una historia de desencuentros ha confirmado.

Hemos llegado aquí gracias a la conducción firme y sabia del líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, a cuyas ideas siempre guardaremos lealtad suprema. Recordamos su presencia en esta ciudad, en abril de 1959, para promover relaciones bilaterales justas y su sincero homenaje a Lincoln y Washington. Los propósitos que tempranamente lo hicieron venir, son los que hemos intentado en estas décadas y coinciden exactamente con los que nos proponemos hoy.

Muchos en esta sala, políticos, periodistas, personalidades de las letras o las ciencias, estudiantes, activistas sociales estadounidenses, atesoran infinitas horas de enriquecedora conversación con el Comandante que les permitieron comprender mejor nuestras razones, objetivos y decisiones.

Este acto ha sido posible por la libre e inquebrantable voluntad, la unidad, el sacrificio, la abnegación, la heroica resistencia y el trabajo de nuestro pueblo, y por la fuerza de la Nación y la cultura cubanas.

Varias generaciones de la diplomacia revolucionaria confluyeron en este esfuerzo y entregaron sus mártires. El ejemplo y el verbo trepidante de Raúl Roa, el Canciller de la Dignidad, continúan animando la política exterior cubana y estarán en el recuerdo de los más jóvenes y de los futuros diplomáticos.

Soy portador de un saludo del Presidente Raúl Castro, expresión de buena voluntad y de la sólida decisión política de avanzar, mediante el diálogo basado en el respeto mutuo y la igualdad soberana, hacia una convivencia civilizada, aun dentro de las diferencias entre ambos gobiernos, que favorezca la solución de los problemas bilaterales, promueva la cooperación y el desarrollo de vínculos mutuamente ventajosos como desean y merecen ambos pueblos.

Sabemos que ello sería una contribución a la paz, el desarrollo, la equidad y la estabilidad del continente, al ejercicio de los propósitos y principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y en la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en La Habana.

Con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la reapertura de Embajadas, culmina hoy una primera etapa del diálogo bilateral y se abre paso al complejo y seguramente largo proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales.

Es grande el desafío porque nunca ha habido relaciones normales entre los Estados Unidos de América y Cuba pese a un siglo y medio de intensos y enriquecedores vínculos entre los pueblos.

La Enmienda Platt, impuesta en 1902 bajo ocupación militar, cercenó un esfuerzo libertador que había contado con la participación o la simpatía de no pocos ciudadanos norteamericanos y dio origen a la usurpación de territorio cubano en Guantánamo. Sus nefastas consecuencias marcaron indeleblemente nuestra historia común.

En 1959, Estados Unidos no aceptó la existencia de una pequeña y vecina isla totalmente independiente y unos años después, aun menos, la de una Revolución socialista que tuvo que defenderse, y desde entonces, encarna la voluntad de nuestro pueblo.

Cito la historia para afirmar que hoy se abre la oportunidad de empezar a trabajar para fundar unas relaciones bilaterales nuevas y distintas a todo lo anterior. Para ello, el gobierno cubano compromete toda su voluntad.

Solo la eliminación del bloqueo económico, comercial y financiero que tanto daño y privaciones ocasiona a nuestro pueblo, la devolución del territorio ocupado en Guantánamo y el respeto a la soberanía de Cuba darán sentido al hecho histórico que estamos viviendo hoy.

Cada paso que se avance contará con el reconocimiento y la favorable disposición de nuestro pueblo y gobierno, y recibirá seguramente el aliento y el beneplácito de la América Latina y el Caribe y del mundo.

Ratificamos la voluntad de Cuba de avanzar hacia la normalización de las relaciones con los Estados Unidos, con ánimo constructivo, pero sin menoscabo alguno a nuestra independencia, ni injerencia en asuntos que pertenecen a la exclusiva soberanía de los cubanos.

Persistir en objetivos obsoletos e injustos y solo proponerse un mero cambio en los métodos para conseguirlos, no hará legítimos aquellos ni ayudará al interés nacional de los Estados Unidos ni al de sus ciudadanos. Sin embargo, si así ocurriera, estaríamos dispuestos a aceptar ese desafío.

Acudiremos a este proceso, como escribiera el presidente Raúl Castro en su carta del 1ro. de julio al Presidente Barack Obama, “animados por la intención recíproca de desarrollar relaciones respetuosas y de cooperación entre nuestros pueblos y gobiernos”.

Desde esta Embajada, continuaremos trabajando con empeño para fomentar las relaciones culturales, económicas, científicas, académicas y deportivas, y los vínculos amistosos entre nuestros pueblos.

Trasmitimos el respeto y reconocimiento del gobierno cubano al Presidente de los Estados Unidos por su llamado al Congreso a levantar el bloqueo y por el cambio de política que ha enunciado, en particular por la disposición que ha expresado de ejercer sus facultades ejecutivas con ese propósito.

Recordamos especialmente la decisión del Presidente Carter de abrir Secciones de Intereses respectivas en septiembre de 1977.

Me complace agradecer al gobierno de la Confederación Suiza por su representación de los intereses cubanos durante los últimos 24 años.

En nombre del Gobierno y del pueblo de Cuba, deseo expresar nuestra gratitud a los miembros del Congreso, académicos, líderes religiosos, activistas, grupos de solidaridad, empresarios y tantos ciudadanos estadounidenses que se esforzaron a lo largo de muchos años para hacer llegar este día.

A la mayoría de los cubanos residentes en los Estados Unidos, que han defendido y reclaman una relación diferente de este país con nuestra Nación, expresamos reconocimiento. Nos han dicho, conmovidos, que multiplicarán sus esfuerzos, leales a la tradición de la emigración patriótica que sirvió de sustento a los ideales de independencia.

Expresamos gratitud a nuestros hermanos latinoamericanos y caribeños, que han estado de manera decisiva junto a nuestro país y reclamaron un nuevo capítulo en las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba, al igual que lo hicieron con extraordinaria constancia muchísimos amigos en todo el mundo.

Reitero nuestro reconocimiento a los gobiernos, aquí representados por el Cuerpo Diplomático, que con su voz y voto en la Asamblea General de las Naciones Unidas y en otros ámbitos dieron una contribución decisiva.

José Martí organizó desde aquí el Partido Revolucionario Cubano para conquistar la libertad, toda la justicia y la dignidad plena de los seres humanos. Sus ideas, reivindicadas heroicamente en el año de su Centenario, siguen siendo la esencial inspiración en este camino que nuestro pueblo, soberanamente, ha escogido.

—> Editado por Anibal Ibarra

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