Por Aníbal Ibarra - ACTUALIZADO - El candidato a intendente de Chicago, Illinois, Jesus “Chuy” Garcia no pudo convertirse en el primer hispanoparlante alcalde. En segunda vuelta compitiendo por el cargo con el actual intendente, Rahm Emmanuel con 55% de voto, en las elecciones del 7 de abril, perdió con el 45% de votos. Los trasfondos políticos de la campaña electoral tienen relevancia en el condado de Richmond.
La relevancia de Garcia no solo tiene que ver con su herencia hispana, hijo de inmigrantes mexicanos, sino por los aspectos vinculados con las relaciones de las étnias en la ciudad y la desconfianza entre las comunidades negras, blancas y los considerados extranjeros.
La situación de desconfianza entre negros e hispanos, en la ciudad con casi 3 millones de habitantes en el estado de Illinois, se remonta con administraciones anteriores al alcalde Emmanuel, cuando aparentemente contratos de obras municipales fueron ganados por empresarios latinos. Con Emmanuel la cosa cambió y el hecho que Garcia haya obtenido más del 30% de los votos en febrero lo demuestra, según observadores políticos.
Garcia necesitará el voto de los electores no blancos. En Chicago las comunidades blancas, negras y latinas están proporcionalmente igualadas. Se descuenta que el electorado blanco favorece a Emmanuel, por lo que el candidato hispano tendrá que convencer en pocas semanas su determinación por ser el intendente de todas las comunidades, no solo de un sector más alineado a su piel.
El otro ángulo que propone la virtual elección de Garcia sería la bofetada electoral en contra de, no solo Emmanuel, sino que por extensión en contra del presidente Barack Obama. El actual alcalde luchando por salvar su pellejo político fue jefe de Gabinete del Presidente.
Emmanuel es celebrado por su comentario hecho años atrás “no hay que desperdiciar crisis alguna”. En algunos sectores entre la comunidad hispanohablante, la crisis humanitaria de los chicos de centroamérica podría convertirse en una verdadera pesadilla. Aunque el tema migratorio no tenga mucha importancia en esta elección, tampoco se puede disociarlo y más que un elector quizá no olvide tal situación.
Incluso el presidente Obama ha tratado de presentarse como el “mesías” de los inmigrantes en los últimos días.
Emmanuel fue el primer judío electo alcalde de Chicago en el 2011.
El desafío más importante para Garcia será, de ganar la segunda vuelta, no caer en el mismo error de algunos en el poder: Olvidar a la clase media, a los marginados de la sociedad por cuestiones económicas, limitaciones físicas o de papeles.
El Efecto Hardie Davis
En el condado de Richmond se da una situación similar pero en diferente arena. La comunidad negra se ha sentido relegada por décadas. En Augusta los residentes no blancos desde hace menos de una década son mayoría, especialmente contando con las mujeres, más del 50% de la población de 200 mil habitantes.
Hardie Davis fue electo alcalde en mayo del 2014 y en febrero del 2015 anunció que quiere más poder, que no está contento con ser un servidor público con funciones meramente ceremoniales.
En Chicago el alcalde puede hasta desmantelar jurisdicciones escolares, además de los aspectos de poder comunal. En Augusta el jefe comunal ni siquiera puede vetar las decisiones de la Junta Municipal o Commission.
De obtener la victoria Garcia en Chicago, injectará un valioso sentimiento de alegría y furor cívico entre los hispanos, últimamente con la moral un tanto alicaída ante tanta alaraca conservadora contra la comunidad hispanoparlante. Esta arremetida no solo se siente entre las personas indocumentadas sino además entre los naturalizados estadounidenses.
En Augusta el alcalde Davis desperdició 7 meses después de ser electo en mayo tratando de obtener más dinero para su despacho, en vez de lograr una coalición que, quizá, le hubiera apoyado en su ambición por ser más que un embajador de la ciudad. En estos momentos se ha quedado sin el pan ni la torta.
A solo dos meses de su mandato de 4 años, el demócrata ha hecho enemigos hasta en su propio partido. Algunos hasta sostienen que se cambiaría al Partido Republicano en protesta por no tener el apoyo de sus correligionarios.
Garcia ha demostrado que puede ser confiable, antes de ser electo. Lo difícil será mantenerse confiable si gana las elecciones.
Davis tendrá una árdua tarea cuesta arriba tratando de convencer que es un “buen producto” a blancos, negros, hispanos y asiáticos, quienes no forman parte del electorado que lo eligió. Pero es probable que sus mejores asesores estén entre ellos. Está visto hasta el momento que sus asesores actuales son expertos en metidas de patas.
La elección del alcalde en el condado de Richmond es no partidaria. Vale decir, los candidatos no corren como afiliado a un partido político, pero la realidad es otra cosa.
Como legislador en Georgia, Davis -también pastor protestante- se ha manifestado más conservador que liberal por una década, pero ganó la elección en mayo con el voto demócrata ante la ausencia de candidatos viables, demasiado controversiales o que se retiraron de la campaña horas antes del sufragio.
Será interesante ver el desarrollo de la dinámica entre liberales y Davis. El dice que es un progresista en un condado de mayoría demócrata, pero donde la minoría conservadora (la élite blanca y negra) pone y dispone el poder. Veremos, dijo el ciego, y nunca vio.
No comments:
Post a Comment