La Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos de América se halla en una encrucijada política ante las elecciones generales del 6 de noviembre del 2012. Si falla a favor de los republicanos en su afán por declarar inconstitucional la ley sanitaria Affordable Care Act (ACA) le daría motivos al electorado liberal apático para ir en masas a reelegir al presidente Obama. Si falla en contra de los republicanos los partidarios de Obama tendrán más ganas aún en reelegirlo. La SB 1070 tiene el mismo doble filo.
Cuando los republicanos se lanzaron a capa y espada en la guerra contra la ley sanitaria del 2010, confiando que la Corte Suprema de Justicia saldría a favor de la inconstitucionalidad de la normativa, quizá no contaron con la posibilidad de que se volvería en un bumerán en contra de ellos. La soberbia y los intereses mezquinos ciegan y en política puede ser contraproducente para el país.
La ley ACA ha sido un desastre desde que ingresó en el Congreso norteamericano y pese a que se convirtió en ley ha estado por meses siendo implementada a tumbos, con rechazo de los mismos demócratas no my contentos por dejarse de lado la opción pública.
Los más liberales del Partido Demócrata querían que la ley autorizara cobertura médica a todos los hombres y mujeres que residen en Estados Unidos y que los servicios sean pagados por el estado. Con ese sistema de cobertura médica y hospitalaria se hubiera eliminado el tira y afloje existente hasta hoy entre las aseguradoras, pacientes y doctores y al haber un pagador la prestación de servicios médicos y hospitalarios hubieran caído enormemente.
Sin embargo la ley, con vendas, enyesada y con muletas, sigue avanzando en su implementación, habiendo requerido cirugías menores en los meses pasados. La Suprema estará analizando en las próximas semanas el desafío impuesto por gobernadores conservadores, una treintena de ellos, quienes quieren que los jueces conservadores, 5 de los 9 que componen la Corte Suprema de Justicia, fallen a favor de su pedido de nulidad de ACA.
Y ahí es donde los máximos magistrados de Estados Unidos, de la línea conservadora, se hallan entre la espada y la pared. Si votan en contra de ACA los partidarios de Obama tendrán motivos suficientes para ir en masas a votar por su reelección y así cuando haya una oportunidad para reemplazar a uno de estos jueces republicanos Obama tendrá todo el capital disponible para hacerlo.
En el caso que la Suprema falle a favor de ACA, los partidarios de Obama tendrán motivos suficientes para ir en masas a reelegirlo ya que la decisión del máximo tribunal del país le estaría dando la bendición legal a su administración.
SB 1070 de Arizona
El mismo dilema se plantea con el caso de la ley SB 1070 de Arizona, es la misma cáscara de banana que los altos magistrados y magistradas tendrán que evitar o pisarla; no hay otra alternativa.
Si la Suprema falla a favor de la gobernación de Arizona que pide la implementación completa de la ley, los partidarios de Obama irán a mansalva a reelegirlo porque al desafiar la SB 1070 la administración de Obama ha demostrado que no tolera la discriminación hacia los inmigrantes indocumentados y que apoya una reforma migratoria integral. Ese no es el fondo, pero vale como estrategia propagandística, ya que el Ejecutivo está defendiendo el federalismo y otros trasfondos.
Por el contrario, si el máximo tribunal del país sale a favor del presidente Obama en su juicio en contra de la SB 1070 por ser discriminatorio y promovedora de perfiles raciales, un centenar de propuestas y de leyes estaduales, como la ley HB 87 de Georgia, quedarían nulas o abortadas. Eso le daría incentivos energizantes a los partidarios de Obama para reelegirlo.
La salida elegante de la Corte Suprema de Justicia es sacar una resolución donde diga que ambos pleitos, ACA y SB 1070, merecen profundos estudios constitucionales por lo que dictámenes relacionados verán la luz del día en diciembre, luego de las elecciones generales de noviembre.
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